Mayo veintiuno


Que la lluvia no es amante mía, se me va. No le gusta que la toque. Pero viene a buscarme y humedece. ¿Qué le pasa a la lluvia, que no se decide a compartir la flor, a desvestirse? Pero lame el cuerpo y humedece. No es amante mía porque es arisca y le dan mal genio mis palabras. Pues lluvia, no lluevas, no mojes, ocúltate de mayo y no enamores.


Autor(es): Paco Mir