Jazmín herido
está mi pecho de haber
perdido entre las rosas,
sufriendo mariposas,
durmiendo en los portales.
La noche es un tormento,
un cocuyo despierto,
un gajo de recuerdos,
delirios de una calle.
Y cuando llega el día...
¡ay, de sus fantasías
con tantas soledades!
La suerte se demora
y pierde luz la aurora
rezándole a la vida
otro intento por crecer.
Jazmín de pocas horas,
¡si alguna de sus hojas
pudiera florecer!
Autor(es): Lázara Ribadavia