Sin futuro
de muchacha que empieza a ver
cómo se le derraman.
Y en mis manos era un beso
para un apuro,
agrio y espeso
y sin futuro.
Quiso que la siguiera,
vi su puerta de par en par,
sufro por si aún espera.
Suerte que la vida no se acaba,
quien siembra amores
recoge amores,
quien los destruye se destruye.
Suerte que mañana seré yo
quien llore
una caricia y un adiós.
Sombras frente a mis ojos,
algo tierno que se rompió,
ella quiso los trozos.
Tiempo, que mal amigo,
fuiste un soplo de amor fugaz,
¡cuánto para el olvido!
Autor(es): Joan Baptista Humet