Nada tengo que no seas tú
aprender de una guitarra audaz
y un corazón abierto
eran tiempos fríos y rotundos
en cualquier sentido
el camino de la tolerancia no era conocido
Y les tuve que hacer frente a todos
querían decidir por mí
vaya sorpresa, de pronto me vi
que iba solo.
Nada tuve que no fueras tú
la suerte de sentirme amado
nada tuve que no fueras tú
que dijera eso no, te has equivocado
nada tuve que no fueras tú
a mi lado.
Hoy parece que la suerte se reconcilió conmigo
puedo al menos regalar un verso
y ser correspondido.
Quien me escucha sabe por quien sufro
si sufrir supiera
y a su solo juicio me someto para lo que quiera.
Pero el tiempo corre tan deprisa
y el encuentro es siempre tan fugaz
solo la angustia no falta jamás
a la cita.
Nada tengo que no seas tú
la suerte de sentirme amado
nada tengo que no seas tú
y ese par de granujas desvergonzados
nada tengo que no seas tú
a mi lado.
Cualquier día me dirá cualquiera con indiferencia
que he perdido el tren,
que me he quedado atrás,
que me convenza.
Poco a poco me pondré a ordenar las fotografías
y un legajo de recortes viejos y mejores días
Me hablarán del tiempo los amigos
tranquilos todo marcha bien
y se me irán contagiados también
del olvido.
Nada espero que no seas tú
la suerte de sentirme amado
nada espero que no seas tú
y el recuerdo de un sueño por descontado
nada espero que no seas tú
a mi lado.
Autor(es): Joan Baptista Humet