Daguerrotipo familiar


Mi padre no ha bajado de la sierra,
no peleó en Girón
y le pusieron sólo una medalla
el día que se jubiló.
Mi madre siempre fue una ama de casa
que su mundo cocinó sacando
crucigramas y escuchando
la novela de las dos.


Yo soy de una generación
criada con el chícharo
y el sueño emancipado del 60,
de pioneros saturados
con política doméstica
y juguetes que venían
de la China montando en bicicleta
o en las frágiles barandas
de algún barco de papel.

Yo soy de una familia provinciana
con auto, sueldo, histórico televisor y radio.
Un día de esos se instaló en la Habana
y aumentaron los fans de los equipos de provincia.

Yo soy de una generación pataca y melancólica
que apenas saboreó la mantequilla,
que soñamos el setenta con un parche de mezclilla
selecciones de Nocturno
y Alain Delon besando a las pepillas
en la Francia disipada de algún cine de solar.

Yo soy de la guerrilla en Varadero
haciéndome pasar por el hijo de un dirigente.
Y hasta Luanda me fui de combatiente
con la guitarra al hombro
y camuflado mi expediente.

Yo soy de una generación oscura y problemática
pero que ha demostrado ser heroica,
que al final de los ochenta
se aferró a la Perestroika
como el náufrago al madero
pero como ha cambiado el derrotero
aún milita en el equipo de esta revolución.

Y si el mundo va a cambiar
¿dónde me voy a poner?
¿del lado de los que tiran?
¿del lado de los que encojen?
¿O al lado de los que siembran y nunca recogen?

Al lado de los que siembran y nunca recogen.


Autor(es): Frank Delgado