Pídele a Dios
que no te haga llorar
allá donde te fuiste!
¡Pídele a Dios
que no te haga infeliz,
que no te vuelva triste!
Yo ya te perdoné
y Él te va a perdonar
tranquilamente…
Yo te quiero mirar
viviendo en un altar
una vida decente...
¡Pídele a Dios
que nunca te abandone!
¡Pídele a Dios
que siempre te perdone!
Que te encuentres al fin
en este mundo cruel
la vida soñada.
¡Y que te oiga reír
aunque yo, para ti,
no valga nada!
Autor(es): José Alfredo Jiménez