La baba del diablo
Parece que hoy no es el día en que fluyen las cosas
entre mis manos y mi respiración.
Cómo despierta el espíritu al atardecer?
Demasiado sosegado para reaccionar.
No me queda más que salir
y pisar los sueños de la gente, otoño de ventanas de balcones
deslizando como las hojas al caer.
Y se amontonan con los míos al caminar.
Unos brillos en el aire, la basura sin llevar.
Pieza difícil para mí,
de frases largas; para qué intentar en vano tararearla
si mi inspiración jamás te traerá.
Mucho ruido, mucha historia sin contar
y una soga que distrae y que se va.
Volver a casa y es el viento.
Pega en la cara y parece que nos están usando el alma.
Y justo el teléfono deja de sonar.
Quién me llevó
quién me sacó de este lugar.