Le tengo miedo al silencio
porque me pongo a pensar,
quiero oír silbar el viento
y los pájaros trinar.
Cuando voy por el camino,
en medio e la oscuridad,
el balar de una ovejita
me hace estar acompañado.
Cuando el silencio se agranda
y yo me pongo a pensar,
mi perro, fiel compañero,
pronto se pone a ladrar.
Y así voy por los huellones
con mi tordillo manchao,
y hago un alto en el camino
para poder descansar.
El silencio deja huellas en mi mente,
el silencio es engañoso y es traidor,
el silencio trae el miedo de perderse
y de hacerse uno con Dios.
Cuando, sobre el cojinillo,
la cabeza via apoyar,
es el cántico del grillo,
quien me hace dormitar.
Y así es como viendo arriba,
uno se hace invencible,
le tengo miedo al silencio
porque me pongo a pensar.
El silencio deja huellas en mi mente,
el silencio es engañoso y es traidor,
el silencio trae el miedo de perderse
y de ser uno con Dios.