Yo sé que me estás mirando
cantares de candor y blancura,
cada quien cava su propia tumba
tanto así como tú.
La muerte canta y llama a la puerta al fin
y uno dispone,
qué venturoso es irse mientras el alma tenga salud.
Y en los rayos de luz
que entran por mi ventana
cada que pienso en ti,
yo sé que me estás mirando.
A los pájaros que aún
visitan mis mañanas
yo voy a preguntarles
si acaso saben dónde andan.
Y acá ando tarareando “El Colibrí”
pa' que regreses tú,
curándome la fiebre de vivir
sin la memoria.
Donde canta el amor,
cantó tu “Fina Estampa”
y entre las mariposas
cantará tu siempre amada.
A ras del suelo besa mi voz
tu huella pura,
tu desgastada entraña,
tu prisa,
en fin, tu virtud.
Celebro que partiste,
¡Caray! tan lleno de bendiciones,
pero me duele tanto que te hayas ido
con mi corazón.
Celebro que partiste,
¡Caray! tan lleno de bendiciones,
pero me duele tanto que te hayas ido con nuestro corazón.
Autor(es): Gerardo Pablo