El sueño del ángel
y cabe en su respiración,
la eternidad del suspiro
y el beso furtivo que trajo al corazón.
Un ángel duerme en mi cama,
trajo su rostro tanta luz
que traspasó los vitrales,
quebró las aldabas, bañándome de azul.
Un ángel duerme en mi cama,
quiero esta puerta clausurar,
afuera hay tanto de invierno y desesperanza,
solo me alienta dormir;
para cruzar con su sueño,
flotar en su cuerpo,
quedarme siempre aquí.
Autor(es): Liuba María Hevia