Por fin se encontraron
muy pacientemente
trajo en el camino
al Niño de oriente.
El Niño de oriente
buscó en el portal
al Niño sonriente
de la Capital.
Y al caraqueñito
Niño siguió al frente
y trajo al bonito,
Niño de occidente.
Y el occidental
Niño con esmero
encontró al cordial
Niñito llanero.
El Niño llanero
buscó en buena gana
y encontró ligero
al Niño de Guayana.
Y el guayasitano
Niño celestial
encontró a su hermano
el Niño central.
La Virgen María
su bondad revela
porque encontró al Niño
aquí en Venezuela.
Ya todos los Niños
por fin se encontraron
y al Rey de los cielos
sus glorias cantaron.
Autor(es): Ernesto Da Silva