Monegros
sienten piedad
de un cielo despiadado.
Árbol y piedras
contra el eterno entorno
desgarrado,
hacia no saber nunca
dónde renace el mar
muere la tierra.
Nunca vendrá Mayo
a esta hecatombe
de tierra atormentada.
Siempre será el invierno
sobre la vertebral distancia
del mañana.
Autor(es): José Antonio Labordeta