Carta a María Cristina


Quisiera que al llegar
esta carta a tu hogar
la recibieras y te sientas feliz
como cuando éramos dueños de la vida
frente a un copo de maíz.

Quisiera que también
sepas que este papel
lleva mi corazón doblado en dos por dos,
como un duelo sin consuelo
por no haberme dado cuenta de este amor.

María Cristina,
dulce hermana mía,
es que el tiempo corre mucho,
no se puede detener,
y hoy te has hecho una mujer
y peleas por la vida
en la lucha del amor,
dulce pájaro guerreando en el dolor.


Solo quiero decir
que está muy bien así,
que es como debe ser,
y tu sangre es un torrente entre la gente,
y orgulloso estoy de verte amanecer.

Orgulloso estoy de verte amanecer.


Autor(es): Víctor Heredia