El ciego Miguel
El alba empieza a despuntar
con su bonete de color
y por las calles de alquitrán,
con su estallido, llega el sol.
Los grillos guardan su canción,
arranca el día su motor
y todos corren a vivir
su eterno fin.
En los relojes dan las seis,
la muchedumbre es un fragor
que gira y gira sin porqué
su enloquecido carrusel.
Y entre la gente va Miguel
cantando a un cielo que no ve
con su flautita de nogal,
sin descansar.
¿En qué nubes andará?
¿En que montaña azul
sus ojos ven la luz?
¿Qué países compondrá
con su imaginación?
¿Qué cosas sentirá
su corazón?
Como un papel al viento va
con su canción sin ton ni son,
golpeándose con los demás,
ajeno al mundo y al color.
Sus ojos miran sin mirar,
sus pasos van sin caminar,
pero en la triste multitud
él es la luz.
Autor(es): Víctor Heredia