El descubridor
Riela, juega río abajo en las sombras,
y una barca cruza hacia el mar
como un ángel de soledad.
Y en los ojos de los hijos del sol
se desmaya el cielo con su verdad.
Y descubro al descubridor
ofreciendo vidas, muertes, heridas,
deudas que el tiempo no podrá pagar.
El pasado se disfraza con glorias
cuando escriben los que vencen la historia.
Pero el hombre revisa el altar
como un ángel de la verdad.
Y en los ojos de mis hijos de hoy
crucifican otro buen redentor.
Y descubro al descubridor
ofreciendo vidas, muertes, heridas,
fiestas que nadie podrá festejar.
En las calles bailan solos los blancos.
El dinero compra llanto y espanto.
La cultura vomita su alcohol
por la boca de un televisor,
donde el bueno siempre viste de azul
y asesina a mestizos del sur.
Y descubro al descubridor
ofreciendo vidas, muertes, heridas,
deudas que el tiempo no podrá olvidar.
Autor(es): Víctor Heredia