El misterioso dragón
como quien en un chinchorro se hace al mar.
En pequeños botecitos de colores
afrontaron su terrible tempestad.
Con sus sueños fabricaron flotadores,
salvavidas, remos, velas y un timón,
pero el viento derribó las ilusiones
y empezaron otra vez la construcción.
Martillando con su propia sangre esperan
terminar antes que despierte el dragón.
Si queremos ayudar a construir la paz
un ladrillo hay que llevar,
una flor, un corazón, una porción de sol
y estas ganas de vivir.
La colina hay que subir; nada es sencillo aquí,
y ante todo está el dragon.
con su fuego intentará parar la construcción,
pero habrá una solución,
una flor, un corazon, una porción de sol
y estas ganas de vivir.
Autor(es): Víctor Heredia