La gran guerra
no quiso ser guerrero,
Caín, según se sabe,
lo desnucó por eso.
Así empezó, así empezó
la discusión del diablo y Dios.
Se dice que se odiaban
con cierto fundamento:
al parecer, no amaban
los dos el mismo juego.
Ganó Caín y tuvo
muy larga descendencia:
una enorme familia
de gánsteres y banqueros. *
En los ratos de ocio
jugaban a matarse.
Jugaban a matarse,
pero ya no era un juego.
Así empezó el Bien y el Mal.
Caín se fue a la guerra y volvió general.
Y Abel, ¿qué fue de Abel?
Abel bajo la tierra
lo mira progresar.
* En el texto original: “de yanquis y banqueros”.
Autor(es): Armando Tejada Gómez, Víctor Heredia