Un dulce alfarero


Animosamente
preparaba el barro,
amorosamente,
todos los colores.
Buscaba la forma
con sus sabias manos.
Amorosamente
modelaba el barro.

Como un dios de greda
sentado en la piedra,
los ojos perdidos en el precocido.

Solo entre los valles,
él y las estrellas.
¡Qué cosa tan bella!
¡Qué cuestión del cielo!
Un hombre y la tierra,
un dulce alfarero.


Autor(es): Víctor Heredia