La bella y el manantial
[Versión de Paco Ibáñez]
(Adaptación: Pierre Pascal)
Desnuda se estaba bañando
Una bella en un manantial,
Le sopló sus prendas soplando
Por los aires el vendaval.
Tan apurada vi a la niña
Que pa'vestirla fui a buscar,
Un monton de hojas de viña
Y un ramo de lirio y azahar.
Con sus pétalos de rosa
Un corpiñito se cosió,
Y era tan delgada la moza
Que sólo una flor le bastó.
Con unos pámpanos de viña
Una faldita se cortó,
Y era tan menuda la niña
Que sólo una hoja bastó.
Se me abrieron sus lindos brazos
Cual si gracias fuera a decir,
Tanta fiebre puse en mi abrazo
Que otra vez quedó sin vestir.
Este juego le gustaría
Pues cada día al manantial
A bañarse fue desnudilla
Rogando sople el vendaval,
El vendaval.
[Traducción a partir de la adaptación al catalán de Miquel Pujadó]
En el agua de la más clara fuente
En el agua de la más clara fuente,
se bañaba desnuda
cuando una repentina ráfaga de viento
lanzó su ropa hacia las nubes.
Me hizo señales, preocupada,
para que fuera a recoger,
para vestirla, pétalos de rosa,
hojas de parra y flores del camino.
Y yo, con unos pétalos de rosa,
pronto le hice un nuevo corpiño.
La muchacha no era muy corpulenta
y me bastó con una flor.
Con las hojas de la viña
le trencé una falda,
pero la muchacha era tan pequeña
que una sola hoja fue suficiente.
Hacia mi alargó los brazos,
y me ofreció los labios para recompensarme.
Y los tomé tan febrilmente
que la desnudé otra vez.
El juego debió encantarla,
porque desde aquel momento
se baña a menudo desnuda
y ruega a Dios que haga viento.
Que haga viento.
Autor(es): Georges Brassens