J. Hyman (1951-2001)


Una garganta pura personalidad, voz desgarrada, aguda, grave, pura y celestial.
Jeffrey se embarca en una historia fraternal, cuatro cohetes hacia rusia van a despegar.
Todos unidos gritan Gabba Gabba Hey, cientos de pelos erizándose al oir al rey,
un larguirucho y cegato trozo de cartón es la reliquia y la voz del rock and roll.

Sabes que ya estás en un pedestal, en lo más alto de algún puto lugar,
donde no puedo ver, donde no sé llegar que ni siquiera me puedo imaginar.
Mi sueño es de cajón pero me lo impidió la diosa que hizo latir mi corazón,
cuando empecé a aprender en mi caparazón, hoy es la vida que ves a mi alrededor.

Fue tu camino hacia la ruiena el que quise seguir y tuve sueños placenteros al oir el fin,
bajo en la jungla subterránea todo sigue igual, vente para acá de prisa y súbete a cantar.
De estampa singular, de pose natural, que cada imagen parece que está mal,
pero me da igual ser un chico animal y entrelazar mis sentidos para escuchar,
la soledad en la oscuridad y diecisiete diamantes para soñar mi cultivo de interior, hoy es la vida que ves a mi alrededor.

Tal vez cantarías a la melancolía sin dejar un matiz de simpleza y armonía,
humilde y discreta la estrella que ya se apagó,
que me encantaría poder contemplarte, engendrar cada nota y que rebose el arte,
que luzca brillante entre todas la más bella voz.