Mi suerte fue encontrarte
y fui incapaz de esperar a saber si me amaban.
Olvidé, descarté sin mediar dos palabras,
y una vez me escapé de la cárcel del alma.
Y ahora resto el tiempo y aún no creo que te tengo,
y mi suerte fue encontrarte, sino, había que robarte.
Sabes que tienes la llave,
la llave que abre mi mundo y tus calles;
tienes la clave.
Y ahora resto el tiempo y aún no creo que te tengo,
y mi suerte fue encontrarte, sino, habría que inventarte.
La verdad es que sé que no encuentro palabras,
ni sé cómo explicar cuánto tú me haces falta.
Respirar, despertar, sólo eran palabras,
y que, gracias a ti, son mi rumbo y mis alas.
Y ahora resto el tiempo y aún no creo que te tengo,
y mi suerte fue encontrarte, sino, habría que pintarte.
Sabes que tienes la llave,
la llave que abre mi mundo y tus calles;
tienes la clave.
Y ahora resto el tiempo y aún no creo que te tengo,
y mi suerte fue encontrarte, sino, habría que buscarte.
Sabes que tienes la llave,
la llave que abre mi mundo y tus calles;
tienes la clave.
Y ahora resto el tiempo y aún no creo que te tengo,
y mi suerte fue encontrarte, sino, habría que soñarte.