Años y prejuicios
Ya desde niño lo tuvo muy claro,
cuando en el colegio le llamaban raro
y los de su barrio al verle solían reír.
Se cerraba en banda, temía el futuro,
sería un infierno, estaba seguro,
no esperaba nada ni ahora ni del porvenir.
En aquellos años estaba prohibido
soñar con un hombre, había fingido
tener una novia, tan sólo podía mentir.
Aquellos prejuicios cerraban las puertas
para los trabajos, no tenía ofertas,
no había ninguna manera de poder vivir.
Llegaron los años de la democracia
tras algunos claros, bastantes desgracias,
los intransigentes y el mundo de lo militar.
La gente le atiza al que sale del tiesto,
si eres distinto te ven muy molesto,
algunos no cambian su manera de pensar.
Derogaron leyes, de las del franquismo,
pero en el fondo todo era lo mismo,
aquellos de siempre no paran, te intentan pisar.
Y luego el SIDA, maldita conciencia,
de los que achacaban a tanta indecencia
la causa de todos los males de la enfermedad.
Y cuando por fin consiguieron derechos
y ya deberían estar satisfechos
hicieron contra ellos una cruzada nacional.
Si dicen que todos nacemos iguales,
¿por qué luego vienen estos radicales
y marcan e insultan a los que no sienten igual?
Tras siglos de infamia, vergüenza y mentira,
ahora que todos sabemos que gira
el mundo, sigamos con el pecado original.
Pero vendrá el día cuando la ignorancia
será un recuerdo que con repugnancia
lancemos fuera del mundo de lo racional.
Autor(es): Fran Espinosa