Todo Queda En Casa
di un giro a mis ideas de ciento ochenta grados.
Me convertí en un pijo, un condenado yupi.
Aprendí a ir a fiestazos y a jurar por Snoopi.
Vacié mi cabeza para colmo de males,
me untaba de gomina hasta los genitales.
Pero tú no querías oír hablar de la cama
esos bajos instintos son impropios de de damas.
Al fin he descubierto que somos diferentes:
yo sigo tan merengue y tú del Barça a muerte.
Parece que lo nuestro está tocando fondo
tú siempre tan estrecha, yo siempre tan cachondo.
Tu padre, hoy diputado, se dice que antes era
gerente directivo de un club de carretera.
Tu madre, traficante, es toda una señora.
Que juega los partidos en contra de la droga.
Las cenas familiares son toda una pasada.
Tu padre en la cocina se tira a la criada.
Tu madre que me mira de una manera obsesa
y me hace piececitos debajo de la mesa.
Así que aun siendo novios e ídilica pareja,
algunas veces, niña, me lo hago con tu vieja.
Ella me hace de todo, tu madre es una loba.
Va a saco y no se corta en las cosas de alcoba.
Un día por sorpresa, yo comprobé asustado
que todo era un montaje y estaba preparado.
No podía creer el estar con tu padre
agradeciéndome dar placer a tu madre.
Yo casi me desmayo cuando tú propusiste
montarnos un cuarteto, yo creí que era un chiste.
Y acabamos desnudos con un gran colocón
comiéndonos los culos, los rabos, qué sé yo...
Por fin he descubierto que somos diferentes,
que se ha quedado antiguo el ser tu pretendiente.
Por fin he desatado mis fobias y mis filias,
buenísima la idea de hacérnoslo en familia.
Al fin he comprendido lo bueno de la vida,
charlando con mi suegro antes de una corrida.
Familia siempre unida, familia que desfasa.
Por fin he descubierto... que todo queda en casa...