Con Divisa Verde Y Oro
de luna del mes de enero,
era un chiquillo de Osuna,
que quería ser torero.
Ganadera salmantina,
yo la nombro por madrina,
que el dinero y el cartel,
si algún día lo consigo,
pongo al cielo por testigo,
que me caso con usted.
Un olé en la tienta,
por su valentía,
y un duende en mis venas,
que así me decía:
Ganadera con divisa verde y oro,
¡Ten cuidado!
que el amor no te sorprenda como un toro,
desmandado.
Por tu hacienda y tu apellido,
se te guarda devoción,
y un clavel en tu vestido,
llamaría la atención.
En tus ojos se adivina,
la locura de un ¡Te adoro!
y has de ser como una encina,
ganadera salmantina,
con divisa verde y oro.
Ya es un torero de fama,
dinero y categoría,
ya es su pasión una llama,
que me ronda noche y día.
Por tres veces me ha pedido,
que le tome por marido,
por tres veces dije no,
y la causa está en Osuna,
morenita de aceituna,
que por mí se le olvidó.
Y son en mis noches,
de penas mortales,
cuchillos las coplas,
de mis mayorales.
Ganadera con divisa verde y oro,
¡dueña mía!
cuanto diera por salvarte de ese toro,
de agonía.
Con tu hacienda y tu apellido,
ya te sobra en que pensar,
y hasta el luto del vestido,
te lo debes de quitar.
Porque así no se adivina
que enterraste un: ¡Te adoro!
bajo el tronco de una encina,
ganadera salmantina,
con divisa verde y oro.