Berlín


Fíjate bien, yo que dejé de ir al Berlín
para evitar el trago de encontrarte allí
y tener que comportarme como si aún fuéramos grandes.

Y ahora, mírame, he vuelto del exilio,
sin encontrar nada especial, tampoco a ti.
Porque nunca es tarde para reaccionar y darse cuenta
que esta ciudad parece más grande si tú no estás.

Siempre creí que era imposible estar vivo sin ti
y en parte es cierto, cierto.
Pero, ya ves, sobreviví y sin rencor puedo decir
que no te quiero, que no te quiero.

Siempre creí que era imposible estar vivo sin ti
y en parte es cierto, cierto.
Pero, ya ves, sobreviví y sin rencor puedo decir
que no te quiero, que no te quiero,
ya no te quiero, ya no te quiero,
ya no te quiero, ya no te quiero ...