Los Crímenes De La Calle Gondomar
de un modo tan vulgar como pegarme con tu nuevo amor.
Y mientras nos separas gritarte a la cara:
No sabes, mi vida, lo que ahora daría
por recibir esa paliza de otro que no te enseñaría
ni la mitad de lo que te enseñé yo.
Eres tan culpable como yo miserable,
me morderé los labios para no hacer más daño
y me esconderé entre la gente
después de romper, una y mil veces,
lo que jamás debió romperse.
Todo lo que hice mal ha vuelto a por mí para vengarse.
No sabes, mi vida, lo que ahora daría
por recibir esa paliza de otro que no te enseñaría
ni la mitad de lo que te enseñé yo.
Eres tan culpable como yo miserable,
me morderé los labios para no hacer más daño
y me esconderé entre la gente
después de romper, una y mil veces,
lo que jamás, lo que jamás, debió romperse.