Echo De Menos El Sur


Nunca te pensé
ni me paso por la cabeza
echarte tanto de menos
como ahora estoy haciendo.
Bien es cierto que cuando
me falta lo que quiero,
me doy cuenta de que existe
y valoro más lo que tengo.

Tu importancia ha sido la balanza
que ha cedido hacia tu lado,
demasiado contaminado
por usarte sin pensarlo,
como algo que es tan raro
como darte mis dos manos
completamente entregado.

Echo de menos el sur,
tocarte por allí,
encontrarte de nuevo
con sangre en las manos
de algún corazón
estropeado por la vida
en plena Plaza Nueva
o andarme Gran Vía
desesperado por el tiempo
Zacatín abajo en plena procesión.
Te veo caminar
por redes tan dispersas y perdidas
que planeo mi reconquista
trazando mis propias líneas,
para volver a tenerte
enfrente de la misma forma
en que nunca debí dejar de verte.

Tu silueta es la certeza
y diferencia lo que hay dentro
y me interesa,
por eso la pongo arriba,
en cabecera de todo lo que me importa;
que Madrid se me hace enorme
y si me despisto despega sin mi.

Echo de menos el sur,
mirarte a los ojos en plena discusión
herido de muerte
con tu mano en mi frente
midiéndome la fiebre
y soportando mi locura transitoria
tantas veces sin importarte nunca
si a ti misma te duele.

Este piso se ha quedado ya pequeño
para este gran escenario
que es la gente que me encuentro
a cada paso, y veo tan claro
que navego en dirección correcta,
suelto al viento mis velas
sin rumbo ni meta.

Tus palabras forman parte de mi vida
como todas las mentiras
que esbocé tras una mueca
y que hallaste en mis esquinas
muertas de hambre entre miseria
por no saber
si eran trozos de mentira verdadera

Echo de menos el sur,
cantar por amor, pendiente de mi,
sin amplificación, consciente de mi,
sabiendo quien soy
y no pasarlo mal porque tu opinión
pueda ser que sí, o pueda ser que no.

Hoy hay gente que me espera
siempre alerta:
Maria en su guarida,
Diego de noche en la acera,
en la profundidad Tomas
curando abrazos y Patricia
con un alma transparente
Luis me aconseja la vida,
Fede dibuja corazones
en mis ganas de verte.

Ha pasado tanto tiempo
que ya bien nos conocemos
y sabemos quién es quién
y quién merece o no la pena,
que Granada es tan pequeña
que es mi hogar y mi tristeza
es una ventana abierta
y bien se que me espera.

Echo de menos el sur,
verme claudicar
destrozado por ti
en plena canción,
perseguido por mi,
la cama encendida,
la gente que mira,
mi mamá que me cuida
“La Tertulia” testigo
de toda mi vida.

Y lo dicho ya me voy con este frío
que mañana ya ha llegado
y las manos se me nublan
como a veces tu cintura cuando canto
como a veces la ternura cuando hablo.