Defectuoso
un chaval hortera que no era como hay que ser.
Hay que ser como hay que ser y, ¿cómo hay que ser?
La respuesta es bien sencilla: ni puta idea, no sé.
Sus ojos me miraron ¡madre mía, qué ser!
y me dijo lo siguiente ¡ver para creer!:
"Pero, hombre de dios, ¿cómo puedes ser tan defectuoso?
Pero, hombre de dios, ¿cómo puedes tener tantos defectos?
No perteneces tú a este mi círculo selecto
que consta de dos miembros: mi miembro y yo."
Retuve sus palabras en mi ser durante años
y todos mis esquemas sometí a reflexión.
Ahora, mi empanada no es tan grande como antaño:
ahora es tan inmensa que apenas quepo yo.
No me sorprendió volvérmelo a encontrar.
Levitando sobre el suelo, se le oía meditar:
"Todo me sale bien, todo me sale bien
Todo me sale bien, muy bien.
La gente que me estorba fallece.
La gente que me cae gorda perece
Y así puedo estar a mis cosas,
que la vida es un camino de rosas...