Canción de cuna
que caiga nuestra ropa por el suelo
en alguna pensión,
para no poner muy alto el listón del deseo.
Ojalá que no tenga que salir a buscarte,
que no llegues tarde a la cita,
que sea yo en quien pienses cada noche
cuando, al acostarte, te tocas y te excitas.
Ojalá que te encuentre en la fiesta del barrio,
que la orquesta guíe nuestros pasos,
que nos sorprendan el sol y el barrendero
borrachos bailando.