Mirando Al Cielo (Diseñando Desiertos)


Mirando al cielo. Así pasan los días la gente del campo,
el ganao y el suelo
y peces despistados que quedaron rezagados
en charcos de ríos viejos,
que también se están secando, que también se están muriendo
mirando al cielo, mirando al cielo.
Y no llueve; no cae ni gota.
Y si llueve caen tres gotas que nunca palían nada
y, si caen tres gotas más, el desastre da la nota
y asoman los estragos que paren las riadas.
Y no llueve; no cae ni gota. No llueve. Pero no importa,
porque tenemos el sol, otro campo de golf y otra playa rota.
Y montañas sin nieves, años sin bienes, cincuenta a la sombra
y paisajes amarillos donde brota el ladrillo y el hormigón.
Y en parajes naturales chimeneas por donde salen
un montón de enfermedades que degustar.
Y en espacios protegidos,
el dinero hace sus nidos espantando a las aves,
que ya no van ni a piar.
Y lloran los animales que han nacido en estos lares
porque les aprieta el hambre y tienen que emigrar, porque aquí no queda vida
y la que queda la extermina el que se sienta pa cagar
y con árboles se limpia.
Mirando al cielo. Así llevan seis meses la gente del campo,
el ganao y el suelo. De los peces despistados
que quedaron rezagados,
sólo quedan un par de ellos y se están asfixiando,
se están muriendo
mirando al cielo, mirando al cielo.
Y mercaremos un iceberg pal hielo de los cubatas,
pa cocinar y pa beber, pa los globos y pistolas de agua.
Las flores serán de plástico; sus olores vendrán en latas.
De las abejas no habrá ni rastro; sin abejas todo amarga.
Las primaveras vendrán sin flores.
Los otoños, sin hojas que pisar.
Los inviernos traerán sudores.
Los veranos nos van a achicharrar
mirando al cielo,
mirando al cielo.