La Caza
en el suelo estaba escrito
coloradas las palabras.
Todas las tragedias eran tinta derramada
con la que tontos como yo
nos lavábamos la cara.
Fuimos hermosos y a la vez fuimos patéticos
porque creímos que lo primero era lo primero
nada, nada.
Y qué más da sí en la selva
siempre pierde mi animal.
Ella se cubría de perlas ensangrentadas
como todas las mujeres
siempre victimas y esclavas
Ella era yo y desperté de una patada
me dejé de tonterías
y me destapé la cara.
Fui tan hermosa y a la vez fui tan patética
porque las rosas sin sus garras no son nada
nada, nada.