Viva nuestra sábana de luz


Y estaban desnudos, el hombre
y su mujer, y no se avergonzaban

Génesis, 2, 25


Viva nuestra sábana de luz
dulce culpable
Viva nuestro techo constante
como un amante más en medio de este cuarto
Viva nuestra arena de pelea
suave campo Vivan
las alfombras que fueron más que alfombras
los sillones los cómplices del dulce atrevimiento
Vivan los reptiles modernos
con el nombre de piernas
Viva mi epidermis sensible
a las ganas de amar dentro de un rato
Vivan las terribles inquietudes de mi lengua
Viva todo lo que tenga lugar en la batalla
a pesar de su nombre
Viva la extensión de la batalla
y sus crisis y sus treguas
de acariciar al vencido
Vivan en fin los que pelean a la luz
de sus dientes asombrosos
de sus voces Vivan
todos los que se apelliden
este día como yo
como la mujer que fue mi amante por seis horas
mi amor de las sábanas limpias
mi amor de los techos constantes


Autor(es): Víctor Casaus, Santiago Feliú