El hombre de mi vida
como elemento erótico para no estar totalmente en cueros.
siempre fuiste tú el loco
frente a mí la cuerda, la terrena y práctica, la lógica y serena.
siempre tú el galante
tras tus ojos negros como el mar sin luna.
tan sensible a la moda,
demasiado guay para imponerte disciplina,
implicarte en la rutina.
te marchaste de mi casa
sin decirme casi nada, salvo: ya te llamaré.
tus gestos tontos,
tus palabras sin sentido me están rompiendo el corazón.
me estás matando poco a poco.
me estás rompiendo el corazón.
rompes mi corazón.
lo mejor eran las madrugadas
cuando nos daban las tantas tú fumando y yo bailando.
tú me hablabas de filosofía
y de arte y de que te encantaba Lennon y el cine de vanguardia.
mientras yo aporreaba
el piano, tú me descubrías tantas cosas:
cosas buenas, cosas malas,
desafiantes e incompletas,
siempre más que interesantes y jamás discretas.
pero algo me ha pasado;
siento haberme equivocado
creyendo que eras Tú el Hombre de mi vida.
tus gestos tontos,
tus palabras sin sentido me están rompiendo el corazón.
me estás matando poco a poco.
me estás rompiendo el corazón.
rompes mi corazón.