En la palma de la mano


Yo no maldigo la suerte
ni el castigo de quererte,
que es un cariño de muerte
que a vivir me condenó,
que yo tengo una cadena
que sale del corazón
y acaba metía en la tierra.

Peineta, bata de cola,
manojito de claveles
escaparse nadie puede
cuando dices: aquí estoy yo.
Que así la buenaventura
en la mano me leyó:
"Lo tuyo no tiene cura".

Por más que quiera esconderme
en Oriente o en Occidente
ya sea en blanco, ya sea en verde
siempre acabo en tu crespón.
Por más que quiera esconderme
yo sé que me voy a topar
con tu carita de frente.

Granada yo la quiero para perderme
y a Sevilla la quiero para beberme
los ojos, las entrañas de Andalucía
y que se lleve el aire las penas mías.


Son como golondrinas que van y vienen
volando por el río Guadalquivir
y cantan por la mañana:
¡Tengo la menta! ¡La mejorana!
Y pa las niñas bonitas
la margarita que dice ¡sí!


Tú eres bomba, yo soy fuego
tú eres viento, yo soy lumbre
de esa que los hierros funde
y en la boca es una flor
que nace como una fuente
que a quien le da de beber
buscando el amor se pierde.

De to lo que hemos pasao
yo na lo doy por perdío.
Bueno y malo va conmigo
ca vez que sube el telón.
Soledad del escenario donde
quiera que yo esté
tiembla tu nombre en mis labios.


Autor(es): Carlos Cano