El fan
Yo sí que tuve un gran fan.
Yo sí que tuve un gran fan.
Era muy considerado,
un tipo muy educado,
que siempre estaba a mi lado,
siguiendo en sus papeles,
siguiendo en sus papeles
las letras de mis canciones,
por si erraba en una estrofa
o me ponía pesado.
Igual estaba en Sevilla,
que en Madrid o Cercedilla,
que en Valencia o en Monzón,
en Parla o en Pozondón.
Él siempre con el rigor
de un ilustre funcionario
se parecía a un notario,
dando fe de la función.
Al final de cada acto
yo salía emocionado
hasta el patio de butacas
para darle la matraca
y me diese su opinión
sobre una nueva canción,
pero el probo funcionario
en cuanto acabé voló.
Un día que aquel caudillo
se nos puso jodidillo
mi fan entró en el vestuario
y me dijo: "Labordeta,
deja de hacer la puñeta,
comentando tus canciones;
canta lo que te permiten,
no me toques los cojones".
Yo sí que tuve un gran fan.
Yo sí que tuve un gran fan.
Yo sí que tuve un gran fan,
pues era de la social.
Autor(es): José Antonio Labordeta