Eres de carpintería


Eres de carpintería
lo mismo que San José.
Dios te ayude en la vejez,
hermano del alma mía.


Al corte de tu serrucho
cobra vida la madera,
y lo haces de tal manera
que te considero ducho.
Verdad que no ganas mucho,
eres pobre todavía,
pero tendrás algún día
un palacio de laurel
porque a más de honrado y fiel
eres de carpintería.

El correr de tu cepillo
alegra tu corazón,
el corte de tu formón
a tus pupilas da brillo.
Baja del cielo el martillo
como un pájaro con sed,
se eleva al aire otra vez
al impulso de tu brazo
que resulta en este caso
lo mismo que San José.

Transcurre alegre tu vida
labrando roble y nogal,
a nadie le causas mal
y por eso Dios te cuida.
En la faena vencida
has puesto sumo interés…
Dicen que el Divino Juez
ayuda a todo el que aspira;
si desde el Cielo te mira,
Dios te ayude en la vejez.

Y ha de caer al hogar
de tan modesto artesano
dicha que ningún humano
haya podido soñar…
Y tiene que recordar
aquel que a mi voz sonría…
que no es pura fantasía
mi pronóstico certero;
tú lo verás, carpintero,
hermano del alma mía.


Autor(es): Nicomedes Santa Cruz

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