Esperanza
se teñía de aurora inusitada;
en la altura una estrella sonrosada
metodizando una canción surgía.
Alcé la frente, pálida, turbada,
al mirar que la sombra fenecía,
y como despertando a un nuevo día
se me llenó de soles la mirada.
El mundo humanizóse dulcemente
al amparo de una íntima ventura
que se sintetizó sobre mi frente.
Y mientras dióse en fuga la amargura
amaneció la vida hacia mi oriente
como esfinge nimbada de hermosura
Alcé la frente, pálida, turbada,
al mirar que la sombra fenecía,
y como despertando a un nuevo día
se me llenó de soles la mirada.
y como despertando a un nuevo día
se me llenó de soles la mirada.
Autor(es): María Eloisa Zamudio, Georgina Hassan