Pobre voz
del río hablador,
solo afán de quedarme en los puentes
a verle pasar;
y dejar que se vaya mi voz
hasta el mar
y viajar y viajar, y vagar y vagar
hasta allá, más allá del allá.
Y después ascender hasta el cielo
en mi voz
y gritando a los vientos
llorar en las nubes
y llover con la lluvia mi voz;
y al volver a los puentes, sin voz,
retomarle la risa del río hablador, otra vez.
Balbucearte de nuevo en los puentes
mi voz y dejarte caer otra vez,
pobre voz, otra vez.
Autor(es): Chabuca Granda