Mercedes
en las orillas del río
mis ojos la están mirando
pero es de un amigo mío
yo no quisiera mirarla
pero no tengo la culpa
se parece a una esmeralda
con flores de chupa-chupa,
que yo le avise a mi amigo
muy difícil me resulta
Allá hay un caimán cebao
que mide más de una cuadra
con más cachos que un venao
y más dientes que veinte babas
Ella inocente de todo
se baña sin percatarse
que cuando llegue al recodo
el caimán puede acercarse
y yo solo en la barraca
y Mercedes sin fijarse
Me voy corriendo a la casa
pa’ que mi amigo lo sepa
le echaré una cantaleta
y le digo lo que pasa
que hay un inmenso peligro
que corre allí su mujer
que se lo dice un amigo
que algo tenemos que hacer
que vaya pronto a salvarla,
y de ñapa voy con él
Cuando llegamos al pozo
la mujer no se veía
el caimán patas arriba
dormía de lo más sabroso
Le di el pésame en el acto
y abrazándolo le digo:
-eso pasa a cada rato
que son cosas del destino
y que de aquí en adelante
que cuente con un amigo.
Autor(es): Simón Díaz