Gerineldo
(Infanta) Gerineldo, Gerineldo,
Gerineldito querido,
quien estuviera esta noche
tres horas en tu albedrío.
(Gerineldo) Como soy vuestro criado,
señora, os burláis conmigo.
(Infanta) No es mentira Gerineldo,
que de veras te lo digo.
Gerineldo, Gerineldo,
Gerineldito querido,
entre las doce y la una
al cuarto (de) la infanta ha ido.
El rey se ha despertado,
al cuarto (de) la infanta ha ido,
los ha encontrado a los dos
como mujer y marido.
(Rei) Aquí dejaré mi espada,
que le sirva de testigo.
Con el filo de la espada
la infanta se ha estremecido.
El rey, con su recelo,
al encuentro le ha salido.
(Rei) Di, ¿qué tienes Gerineldo,
tan triste y descolorido?
(Gerineldo) Que vengo de los jardines,
de cortar rosas y lirios,
y una rosa muy hermosa
el color se me ha comido.
(Rei) No me niegues Gerineldo
que con la infanta has dormido.
(Gerineldo) ¡Máteme ahora, señor,
si delito he cometido!
(Rei) No te mato, Gerineldo,
que te crié desde niño.
Mañana os casaré
como mujer y marido.