Ermitaño de amor
Se decía a sí mismo que tenía que crecer
pero en realidad no le importaba
solamente quería en su cuerpo ganar una cabeza de playa
y a través de estrategias sutiles poderle presentar la batalla.
Todos le decían que tenía que olvidar,
pero él al contrario recordaba
y comparaba su mala suerte, con alguna estrategia macabra
hay amores que siempre levitan, en un limbo de eterna esperanza.
Se parten, son muy finos, los hilos del destino
déjale plañir su condición
que no es un sinsentido haberse convertido
en el ermitaño de su amor
que un día se olvidó,
que existía el olvido.
Y para olvidarla se marchó para Brasil
poniendo ancho mar como muralla
y como conocía las canciones de la Bahía de la Guanabara
sabía que los hombres heridos pueden ir a llorar a la playa.
Cuando en el alma se viene un alúd
y no nos salen los versos llorar es una virtud.
Se decía a sí mismo que tenía que crecer
pero en realidad no le importaba.
Algunas veces no puedo olvidar
y quiero llorar a coro con toda la humanidad.
Como te quiero, como te adoro, en la cura de humildad
y quiero llorar a coro con toda la humanidad.
Que si los hombres no lloran mira "Ne me quite pas"
y quiero llorar a coro con toda la humanidad.
Por el camino de la sonda hay un atajo
pa llegar al paraíso pero nadie sabe dónde está
y quiero llorar a coro con toda la humanidad.
Autor(es): Frank Delgado