Cinco farolas
Yo no escucho lo que dicen
las lenguas de vecindonas
porque de sobra yo sé
por quién está su persona.
Cinco luceros azules
alumbran cinco farolas
desde su casa a mi casa,
desde su boca a mi boca.
Cinco añitos que le quiero,
cinco añitos que me adora,
la mala gente que sabe,
que sabe de nuestras cosas.
Si yo sé que me quiere como le quiero,
a qué darle tres cuartos al pregonero,
desde su puerta misma hasta mi puerta
la veredita verde no cría hierba,
no cría hierba.
Yo no quiero ni saberlo,
vecina, cierre la boca
y no me venga a decir
que él va a casarse con otra.
Los cinco añitos cabales
queriéndole hora tras hora
son un cordel en mi cuello
que la garganta me ahoga.
Con carbones encendidos,
que le quemen esa boca
al que juró tantas veces
que estaba por mi persona.
Se apagaron las cinco, cinco farolas,
para que nadie me vea llorando a solas.
¡Ay, que penita madre! ¡Madre, que pena!
La veredita verde, cuajada de hierba,
cuajada de hierba.
Autor(es): José Antonio Ochaíta, Xandro Valerio, Juan Solano