A su corazón


Sos su sombra, siempre estuviste ahí
metiendo las narices en todo.
Y aunque decía que le molestaba,
en el fondo le gustaba que le digas
lo que quería escuchar.
El juego de la zanahoria resultó.
Vas a poder morder el rímel esta vez.
Pero ella, agitando está el delicioso gas
que acostumbra rociar sobre sus espinas.
Te espera la adicción.
Resbalar, caer, en este tiempo cruel
no es cosa de la suerte.
No entiendo a su corazón.
Sos su sombra, siempre estuviste ahí
metiendo las narices en todo.
Y aunque decía que le molestaba,
en el fondo le gustaba que le digas
lo que quería escuchar.
Te espera la adicción.
Resbalar, caer, en este tiempo cruel
no es cosa de la suerte.
No entiendo a su corazón.
Sos su sombra, siempre estuviste ahí…