El seductor
Cómo podré, vida mía,
hacerme de ti, de ti, querer,
y gozar en el instante
las delicias de un placer.
Si mi alma apasionada
desbordara su pasión
no tendría otra esperanza
que aliviar mi corazón.
Si el seductor goza de mí,
de mi pasión loca,
mis labios tu boca
quisieran besar.
Junto a tu seno
el mío pondría
y entonces verías
¡ay! lo que es amar.
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