No ha lugar


Cruza soberbio el andén
mirando lejos, desde otro lugar.
Obvia el prohibido fumar,
“odio el prohibir” -piensa
y llega su tren,
masca las palabras, dice amén.

Quieta, buscando evitar
cualquier figura que enturbie su fe.
Hay un ruido cruel en su cabeza,
y no quiere aguantar.
Silban a lo lejos,
otro más.

Siente el destello
que viaja a través de los reflejos.
Alza sus ojos,
aprieta el paso
y va a otro lugar
al que no pretendía acudir.
Va a levantarse,
a no dejar que la traten así.

Piensa en dejar de escapar,
quiere romper todo lo que esté bien.
Hoy ya no toca aceptar,
hoy las palabras no van a doler.
Firme aprieta el paso sin temblar.

Siente el destello
que viaja a través de los reflejos.
Alza sus ojos,
aprieta el paso
y va a otro lugar
al que no pretendía acudir.
Va a levantarse
a no dejar que la traten así.

Y en su vestido no hay escrito nada
ni sus pasos son ninguna pista.
No da miradas ni es un objetivo,
no invita, no ha lugar.

Siente el destello
que viaja a través de los reflejos.
Alza sus ojos,
aprieta el paso
y va a otro lugar
al que no pretendía acudir
Va a levantarse
a no dejar que la traten así.

Va a destrozar
cualquier instante que le haga sentir mal.
Va a recordarnos que una mirada
también es fusil.


Autor(es): Dani Tejedor