Valparaíso
Aquellos días a finales de enero,
cuando el invierno asediaba Madrid,
dejé al turista, me llevé al viajero
y te confieso que fui muy feliz.
Porque tuve en mis dedos el tiempo
que nunca se vuelve a repetir...
En Barcelona ardía el Liceo
y nuestros cuerpos en otro hemisferio,
fueron pavesas de viento y deseo
en las promesas de los marineros.
Y por muchos placeres que alquilo
y naufrago en botellas de pisco.
No consigo olvidar, si pienso no existo,
no sé respirar sin la soledad
luminosa y serena que nos dio Valparaíso...
Nos perdimos por tabernas del puerto,
melancolía y lluvia de Chile.
Me diste un beso de eterno secreto en
la casa azul de Neruda y Matilde…
Porque tuve en mis dedos el tiempo
que nunca se vuelve a repetir...
Cuando la luna besaba el Pacífico
y me alejaba de Valparaíso,
miré hacia atrás y brillaban los cerros
como el collar que puse en tu cuello…
Y por muchos placeres que alquilo
y naufrago en botellas de pisco…
No consigo olvidar, si pienso no existo,
no sé respirar sin la soledad
luminosa y serena que nos dio Valparaíso...