El milagro de Lamberto [o Parábola al modo brechtiano]


El milagro de Lamberto
fue anti imperio romano
anduvo unas cuantas leguas
con la cabeza en la mano.

Salio Lamberto de casa
para ir a su ocupación
y a la mitad del recorrido
le detuvo un centurión:

– ¿A dónde vas saldubiense
por esta tierra cercada?
– Voy a entrecavar tomates,
a sembrar trigo y cebada.

– Ni siembre trigo y cebada
ni entecabe los tomates
que estos son cotos cerrados
de las tropas imperiales.

– Si las tropas imperiales
han acotado mi "hoya"
vuelven a hacer lo mismo
que hacen con Chile o Camboya.

El centurión indignado
con este marxicristiano
le dio un tajo en la cabeza
y se la puso en la mano.

Lamberto por propio pie
Se enterró con Santa Engracia
los dos habían caído
por querer la democracia.


Autor(es): José Antonio Labordeta