Fin de fiesta


Soy aprendiz de un gran campeón de fin de fiesta,
de corcho son mis grandes ganas de vivir;
flotar en aguas claras, nadar en las infectas,
júbilo, trapo y lentejuelas esperando hervir.

Al menos digo, cuando canto, lo que pienso,
en estos tiempos tan llenos de doble fe.
Tú no me tengas miedo, hoy me prometo manso,
quizás mañana me arrepienta y no perdonaré.


Dónde van la sonrisa y la gente,
dónde dejan tanto sufrimiento
a matar tantas ganas de muerte
y llenarse de vida por todo su cuerpo.

Por encima de hombro me miras,
por debajo del hombro me veo.
Tú también necesitas
tu dosis de malicia y ajetreo.

Soy aprendiz de un gran campeón de fin de fiesta,
de corcho son mis grandes ganas de vivir;
flotar en aguas claras, nadar en las infectas,
júbilo, trapo y lentejuelas esperando hervir.

Al menos digo, cuando canto, lo que pienso,
en estos tiempos tan llenos de doble fe.
Esta vez tú no me tengas miedo, esta vez yo me prometo manso,
quizás mañana me arrepienta y no perdonaré.


Porque el verso me pide Caribe
aunque el tiempo me aprieta la soga
y la arenga se ha puesto más densa
por todas las teles y las emisoras.

No abandonan a este pobre diablo
los fantasmas de los "llegaypones"
y en mis venas transcurre la sangre
de tertulia y barracones.

Soy aprendiz de un gran campeón de fin de fiesta,
de corcho son mis grandes ganas de vivir;
flotar en aguas claras, nadar en las infectas,
júbilo, trapo y lentejuelas esperando hervir.

Al menos digo, cuando canto, lo que pienso,
en estos tiempos tan llenos de doble fe.
Esta vez tú no me tengas miedo, esta vez yo me prometo manso,
quizás mañana me arrepienta y no perdonaré.


No me esperes de frente al silencio,
ni en la trampa de los inocentes.
A lo blanco le pongo de negro
y a lo negro le pongo la mente.

Que mañana será de regreso
si del miedo será la derrota,
llore quien quiera llorar,
viva quien quiera vivir.

Soy aprendiz de un gran campeón de fin de fiesta,
de corcho son mis grandes ganas de vivir;
flotar en aguas claras, nadar en las infectas,
júbilo, trapo y lentejuelas esperando hervir.

Al menos digo, cuando canto, lo que pienso,
en estos tiempos tan llenos de doble fe.
Esta vez tú no me tengas miedo, esta vez yo me prometo manso,
quizás mañana me arrepienta y no perdonaré.


No perdonaré.
No perdonaré.
No perdonaré.


Autor(es): Israel Rojas