Me equivoqué al quererle


Me equivoqué al quererle, yo no estaba sola.
Me equivoqué al sentir la huella de sus ojos por mi boca.

Tenía el tacto metido en la piel y no pude negarme,
nacía imprudencia por cada intención de venir a ganarme,
guardé toneladas de dudas y nervios bajo la ropa
y a medias fui (fuiste) otra.

Tiraba de mí con la fuerza de aquello que mueve montañas,
mientras la vida más pura y más vida jamás me dejaba.
Me equivoqué al querer la inercia de mi piel.

Llévenme ahí río abajo,
junto mis muñecas a la altura de mi cara
y con vergüenza y rabia declaré a este amor una emboscada.
Llévenme ahí río abajo,
hagan que la soledad me cure,
sentir no entiende de dominios,
quien tumba al perdedor desde su cumbre.

De tierra y sal, puñados, para tomar conciencia,
dolor envuelto en la misma saliva
que demandaba urgencia.
Me equivoqué, señores,
Si no merezco asiento, no, no, no,
no me perdonen, no me perdonen.

Sudé por sus mejillas y todo discurso se quedó en borrones.
Me equivoqué, me equivoqué, me equivoqué.
Amé hasta su forma de callar mi nombre.


Autor(es): Vanesa Martín