Muerto de amor [o Ni un padre nuestro]


No lo sabe mi brazo, ni mi pierna,
ni el hilo de mi voz, ni mi cintura,
ni lo sabe la luna que está interna
en mi jardín de amor y desventura.

Y yo estoy muerto, sí, como una triste rosa,
"abandonao" en la basura,
como una jarra de agua de taberna
que nadie apeteciera su frescura.

Y hoy que es domingo, Señor, he "paseao"
mi cadáver de amor amortajado,
como un espantapájaros siniestro.

La gente, sin asombro, me ha "mirao"
y ninguno el sombrero se ha "quitao"
Para rezarme un triste padrenuestro.


Autor(es): Rafael de León, Juan Solano